Por Mora Celsi
Las inteligencias artificiales (IA) han avanzado de una manera muy rápida, generando gran incertidumbre y desconfianza. Sin embargo, las inteligencias artificiales existen hace muchos años, y se puede regular su uso y aprender a vivir con ellas como hemos hecho con toda innovación tecnológica.
En el marco del avance de las IA generativas, Ricardo Aiello, profesor de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Fasta en la materia Narración Audiovisual, explica que la industria audiovisual puede ser potenciada por las IA. Sin embargo, es esencial ubicar a las obras generadas por inteligencias artificiales en otra categoría y presentarlas como tal.
“Si se mezcla, si se engaña, si se presenta como humano aquello que no es, puede ser perjudicial. Si presento una película y digo que es de mi autoría pero está generada por una IA, ahí ya perjudica. Por ejemplo, el fotógrafo alemán Boris Eldagsen ganó un premio Sony con una obra supuestamente propia, pero generada por IA, pero el fotógrafo admitió finalmente el engaño y devolvió el premio. Esto perjudica, pero si trabajamos la parte generativa de las IA en una sección aparte y la declaramos como tal, me parece que puede potenciar y expandir el juego”, añadió Aiello.
De esta manera, se debe hacer un uso responsable de las IA para aprovechar su potencial, y queda en la honestidad e intención de cada persona que utiliza las IA hacer un buen uso de estas. “El valor y la calidad de la creatividad humana es lo que siempre se debe preservar. La inteligencia artificial es una creación humana. En este caso, hay que saber direccionar o controlar lo que se le pide a las inteligencias artificiales generativas. No nos queda mucha opción, seguimos siendo superiores, pero tenemos que saber en qué lugar nos posicionamos y qué le pedimos a las IA”.
Ricardo Aiello explica además que con relación a los directores y creadores de contenido audiovisual, las generaciones actuales están naturalizando estas tendencias, y “tal vez no tienen el temor que tenemos algunos analógicos, quienes tuvimos una migración digital. Volvemos a la dicotomía de lo que planteó Umberto Eco en apocalípticos e integrados: la realidad ya está, o la asumimos y nos acomodamos lo mejor posible a ella o quedamos al margen”.
– ¿Crees que como espectadores somos capaces de distinguir si algo fue producido por una IA o por un profesional? ¿Consideras que el espectador no valora la IA tanto como la participación humana?
– Creo que no se distingue bien hoy en día si una obra fue hecha por una IA o por un humano, pero no lo veo como un problema, el problema sería si se miente. Mientras que las creaciones de la IA se presenten como tales no creo que haya problema. Tenemos que aprender a convivir con objetos que crean a la par nuestra, por que es lo que hicimos nosotros, entonces tenemos que hacernos cargo también.
El espectador se presenta con gran incertidumbre ante las IA, nos cuestionamos si lo que hacemos nosotros ya lo está haciendo una base de datos, un algoritmo. Quizás algunos teman por lo laboral, pero se generarán nuevos campos, nuevos puestos, y no deberíamos tener miedo. Creo que no se distingue, y no es que no se valore, pero son dos creaciones distintas.
-¿Crees que una pieza creada por una IA es menos valiosa que una producida por seres humanos? ¿Cuál es el debate moral?
-No creo que una pieza creada por una IA sea menos valiosa, creo que es distinta. Tenemos que comenzar a usar los términos distinto, diferente, no es ni menos ni más. En tanto se sepa hacer esta división, es otro valor. En cuanto haya sinceridad, es decir que se aclare si la obra fue creada por un ser humano o por una IA, esta será valiosa a su manera ¿Cual es el debate moral? No mentir, no engañar, no presentar como humano lo que no es. Si hablamos de las IA y su poder generativo, creo que el debate moral pasa por no mentir. Mientras que cada producción tenga su espacio y se sepa de dónde viene, no hay más debate moral.
-¿Cómo puede el avance de la inteligencia artificial potenciar la industria audiovisual ?
Se puede potenciar si se habla de otro audiovisual. Es decir un audiovisual sintético producido por inteligencias artificiales. La inteligencia artificial existe desde hace un tiempo, un buscador tiene una inteligencia artificial. La novedad de estos últimos días son las inteligencias artificiales generativas. Se puede potenciar si se crea otro audiovisual separado de lo humano. Algo diseñado por los humanos pero con la creación de la inteligencia artificial. Es decir, no mezclar, sino hacer un área audiovisual generada por las inteligencias artificiales y anunciarlo de esa manera. Es decir, por ejemplo un festival de cine generado por inteligencias artificiales. Con un planteo sincero: esta pieza audiovisual está generada por inteligencia artificial, de diseño, las generativas. Si se ubica en una categoría específica se van a hablar de nuevos creadores que utilizan las herramientas para que se generen películas y series
-¿Cómo puede perjudicarla?
Si se mezcla, si se engaña, si se presenta como humano aquello que no es. Si presento una película y digo que es de mi autoría y está generada por una IA, ahí ya perjudica. La mentira, el engaño. Por ejemplo, el fotógrafo aleman Boris Eldagsen ganó un premio Sony con una obra supuestamente propia, pero generada por IA. Devolvio el premio y anunció el engaño. Esto perjudica , pero si trabajamos la parte generativa de las IA en una sección aparte y la declaramos como tal, me parece que puede potenciar y expandir el juego.
– ¿Dónde queda posicionado el valor y la calidad de la creatividad humana durante una producción audiovisual en comparación con las IA? ¿Cuál es el sentido de esa participación humana?
El valor y la calidad de la creatividad humana es lo que siempre se debe preservar. La inteligencia artificial es una creación humana. En este caso, saber direccionar o controlar lo que se le pide a las inteligencias artificiales generativas. supongamos que el mundo virtual, web, es un gran restaurante y nosotros nos sentamos. La cocina es la inteligencia artificial y nos puede dar lo que le pidamos, la virtud es saber que pedimos. Tenemos que salir de los lugares comunes, la zona de confort, hay que buscar dónde posicionarnos frente a los avances tecnológicos. La virtud humana va a ser saber pedirle a la inteligencia artificial, ahí está nuestra virtud. El sentido que debe tener la participación humana, el sentido debe pasar por ahí. No nos queda mucha opción, seguimos siendo superiores pero tenemos que saber en qué lugar nos posicionamos y qué le pedimos a las IA
-¿Crees que los directores actuales y las generaciones de directores que vienen le temen a las IA o las ven como una potencia para la industria?
Las generaciones actuales y las que vienen están naturalizando estas tendencias, y tal vez no tienen el temor que tenemos algunos analógicos, quienes tuvimos una migración digital. No tienen tanto temor, comienzan a naturalizar y son estas generaciones de directores jóvenes quienes van a saber acomodarse mejor a esta situación. Son hijos de la era digital y de aquí en más ya no hay vuelta tartas, por lo que se que no les va a costar mucho, se van a acomodar mucho mejor. Volvemos a la dicotomía de lo que planteo Umberto Eco en apocalípticos e integrados: la realidad ya está, o la asumimos y nos acomodamos lo mejor posible a ella o quedamos al margen.
– ¿Crees que como espectadores somos capaces de distinguir si algo fue producido por una IA o por un profesional? ¿Consideras que el espectador no valora la IA tanto como la participación humana?
Seguramente estamos en un estadio nuevo en donde el espectador no reconozca asi una obra fue hecha por una IA o por un humano, ese es el punto central de la crisis que estamos viviendo ahora, dónde crisis no significa algo necesariamente malo sino crecimiento, cambio. Creo que no se distingue bien hoy en día si una obra fue hecha por una IA o por un humano, pero no lo veo como un problema, el problema sería si se miente. Mientras que las creaciones de la IA se presenten como tales no creo que haya problema. Tenemos que aprender a convivir con objetos que crean a la par nuestra, por que es lo que hicimos nosotros, entonces tenemos que hacernos cargo también.
El espectador se presenta con gran incertidumbre ante las IA, pensamos si esto que hacemos nosotros ya lo está haciendo una base de datos, un algoritmo. Quizás algunos teman por lo laboral, pero se generarán nuevos campos, nuevos puestos, y no deberíamos tener miedo. Creo que no se distingue, y no es que no se valore, pero son dos creaciones distintas, pasa por la valoración diferenciada.
– ¿Cómo crees que se afectarán los puestos de trabajo con el desarrollo de las IA?
A lo largo de la historia se han perdido, modificado y reinventado distintos puestos de trabajo, y es lo mismo que sucede con el avance de la tecnología. Si se pierden puestos de atención al público, por ejemplo, que podrían ser reemplazados,s e generarán nuevos relacionados con el diseño, con el manejo de los programas, con los mantenimientos de estas IA, se pierde pero se gana. Sin embargo, es probable que muchos de los que pierdan sus puestos no vayan a ser los que lo ganen, ahí queda en juegi el papel de los estados para educar, capacitar, crear nuevas carreras en relación con los nuevos puestos que se puedan generar.
-¿Crees que una pieza creada por una IA es menos valiosa que una producida por seres humanos? ¿Cuál es el debate moral?
No creo que una pieza creada por una IA sea menos valiosa, creo que es distinta. Tenemos que comenzar a usar los términos distinto, diferente, no es ni menos ni más. En tanto se sepa hacer esta división, es otro valor. En cuanto haya sinceridad, es decir que se aclare si la obra fue creada por un ser humano o por una IA, esta será valiosa a su manera. Cual es el debate moral→ no mentir, no engañar, no presentar como humano lo que no es. Si hablamos de las IA y su poder generativo, creo que el debate moral pasa por no mentir. Mientras que cada producción tenga su espacio y se sepa de dónde viene, no hay más debate moral.